En las calles, rostros sin hogar,
personas con historias que contar
sufren entre las sombras, en soledad,
pidiendo un poco amor y dignidad.
Sueñan con un techo, un lugar.
Hay bondad en sus corazones rotos,
en cada paso, en cada esquina, en cada rincón,
luchando contra vientos y desgarros,
pidiendo una mano, un poco de atención.
No son solo sombras en la noche,
son seres de luz, con esperanzas y dolor,
que merecen respeto y comprensión.
Solidaridad, de un mundo mejor.
Sueñan con un techo, un lugar.
En las noches de invierno, bajo las estrellas frías,
Sus cuerpos aguantan el frío, sus almas buscan calor,
La soledad se cierne sobre ellos, la indiferencia duele,
Mientras sueñan con el abrazo de un ser querido y un futuro brillante.
Entre buenos y malos destinos,
los indigentes buscan su camino.
Mientras la ciudad duerme en la opulencia
Ellos velan su sueño en la indigencia.
Es hora de despertar la solidaridad,
de construir un mundo más humano,
donde nadie duerma bajo la lluvia,
donde nadie tenga que vivir bajo el cielo raso.
Sueñan con un techo, un lugar.
Y juntos lo podemos lograr.
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