He de morir un día
y un día he de vivir
y cuando mis manos
pierdan la alegría
morirá un poeta.
Y es una casa limpia
lo que ambiciono
para el lejano y cercano
día de mi muerte.
Una casa vacía,
sin puertas,
sin ventanas,
sin nadie
que quiera tomar el sol, el aire.
Mis seres queridos
preparando la fiesta
y a mi lado,
dejándome morir,
el rugido inmortal
de los cien mil poetas
que hicieron, de mi vida,
este cantar.
(Del libro El hombre y yo, Ed. Grupo Cero)
- Autor: Editorial Grupo Cero ( Offline)
- Publicado: 4 de abril de 2024 a las 06:05
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 11
Comentarios1
...es como el fénix,
aunque ese sarcófago puede quizas también estar lleno de tinta, aunque parece un papel blanco (virgen), que fascinante es llenar un papel pálidamente enfermo de vida, de poesía, de alegría, aunque se sienta un luto como un sentimiento cardíaco, y esa cinta de película que eclosiona la vida a través del tiempo, debe ser fascinante vivir entre la Literatura y la Poesía... Respirar, y comer y extasiarse de versos, metáforas, sueños, realidad...
En breve, bien escrito...
La poesía siempre es inmortal, el escritor, Miguel Oscar Menassa, decía: "El hombre muere apenas si otro hombre lo nombra" . Gracias por los comentarios, saludos
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