En la penumbra del alma,
donde anida la desesperación,
un vacío que consume sin razón.
La falta de trabajo, una laceración.
El cuerpo se rinde, la mente se nubla,
el corazón se angustia, la culpa nos abruma.
Nos sentimos inútiles, en un mundo que va
a la velocidad del rayo.
Nuestros pasos no encuentran camino,
las puertas del futuro se cierran ante nosotros
sueños rotos en un laberinto,
donde la esperanza se niega a dar fruto.
Con portazos y excusas del empleador.
muro invisible que nos hunde en la miseria,
cada vez más en el dolor
La sombra de la pobreza nos acecha,
el dinero se esfuma como arena entre las manos.
El pan, la leche… escasean en la mesa,
el techo se tambalea, se ve incierto,
hace tiempo, la felicidad se esfumó.
Pero en toda esa oscuridad, una
luz tenue se enciende.
Luz que da esperanza al corazón,
un canto a la vida que no se rinde.
Fe inquebrantable en un mañana mejor,
Lucha constante por un lugar en la sociedad.
Por un lugar en la felicidad, del ser.
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