Fui soldada del amor
lo escoltaba a todas partes.
Lo defendía de quien fuera
de valientes y cobardes,
de bribones, traicioneros,
de los que callan verdades.
De los que siempre mienten
para ocultar sus maldades.
Con mi escudo de frente,
con mi capa y mi espada,
con mi corazón ferviente
que de amar no se cansaba.
Un día me fui a la guerra
a librar otra batalla.
Más fue mi suerte tan negra
que caí de una estocada.
Mi espada cayó al suelo
y mi escudo se había roto.
Terminé herida de muerte
y de mi alma despojada.
No debí rendirme ante él
ante sus boca y su mirada.
Ante sus palabras dulces
que a la muerte me llevaban.
Hubiera preferido morir
antes de haberlo querido
pero prefirió partir
y mandar todo al olvido
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.