Bajo el manto de la noche, tu recuerdo resplandece,
como un faro en la oscuridad, tu amor nunca perece.
En cada estrella, un destello de tu eterna presencia,
tu espíritu vive en mí, con amor y paciencia.
Tu risa, un eco que en el viento aún danza,
tu sabiduría, una luz que nunca se cansa.
En el jardín de mi vida, tu flor aún florece,
en cada pétalo, un beso que nunca fenece.
Aunque te has ido, en mi alma te quedas,
como un cálido abrazo que las penas enredas.
Tu voz, una melodía que en mis sueños suena,
una canción de cuna que la tristeza apena.
Eres la brisa suave que acaricia mi rostro,
el sol que se asoma tras el ocaso nostálgico.
En el firmamento, tu nombre está escrito,
con letras de amor, ternura infinito.
Gracias por los momentos, por tu inmenso cariño,
por ser el refugio en mi camino espinoso.
Tu memoria, un tesoro que con honor porto,
y en mi corazón, siempre te llevo dentro.
- Autor: Óscar MartÃnez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de abril de 2024 a las 21:16
- CategorÃa: Triste
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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