Me retiro a mi soledad eterna.
Enciendo esta noche una linterna
entre el frío que por esta ventana
entra a borbotones, como mi alma
en la muerta materia desvencijada
haciéndola jirones de blanca niebla.
Me retiro a mi soledad eterna,
aunque nunca daré por perdida
aqueya estreya que briya a oriyas
de mi vida, entre marea y arena...
Me voy volando al alba al despertar
a esta realidad tan extraña,
que se sueña, es la verdad...
Me voy flotando en una ola enfática,
a toda velocidad, cortando las aguas,
y la gran distancia que nos separa igual.
Una lástima, verdaderamente para pronto, se entreabre
ante los hambrientos abismos de la incertidumbre
Eya yora bajo la cáscara, y con la cara roja bastante floja
encuentra el color de la verguenza realizada tras tantas solicitudes
sufridas sobremanera. Infeliz festeja lo mas abominable,
pero no como el corro de nigromantes durante el aquelarre,
sino siempre siendo una lástima, verdaderamente, que acabe turbándose entre la mugre
Tan pronto disociaba carácteres y las intenciones inapropiadas, bucles espirales en la noche
adonde conduce el resquemor de sentir que todo mi amor fue nada inútil
Se mienten los engañosos embaucadores, y qué lástima, verdaderamente, pues desconocen
la misión del verbo, para pronto permitir la interacción de mi deseo con aqueyas yuviosas nubes
- Autor: Original Oriflama Infinita ( Offline)
- Publicado: 8 de abril de 2024 a las 04:50
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, BUSTILLOS, SOY.-
Comentarios2
Se palpa como la naturaleza se convierte en cómplice y testigo, mientras la duda persiste, pero la esperanza renace.
Un poema precioso, como siempre. Saludos
Como regar la planta de la esperanza cuando el fuego del desamor a quemado el jardín. He derramado ya tantas lágrimas y nunca parece ser suficiente.
He aprendido que ciertas personas no saben amar, no saben de la entrega ni de la espera solitaria. Sus ojos son de mentira y no aprecian los detayes ni les importa hacer daño por falta de la virtud de la piedad
Gracias por comentar Amalia mi humilde poemita
Duele como hay falta de amor para nuestra casa la naturaleza, esta abandonada al antojo de aquellos que no tienen ojos para proteger nuestra tierra. saludos poeta
Ayy duele mucho sí
Y mas todavía aquí donde tan díficil se me hace yegar a alguien, en este pueblo distante y cerrado
Lo bueno siempre es la cercanía de la naturaleza: los árboles, los pájaros, el río errante, ilisiones de oasis quizas en mitad de un inmenso desierto de palabras
Abrazo
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