Tantos espejos en la memoria,
prescindimos de laberintos
y minotauros.
Me dejo ir
en mentiras que perduran.
Así
como se perdió Marx
y la democracia griega,
así nos perdimos nosotros.
Arriba hay un sol
abajo una máquina de hierro.
Este escritorio
también es mi laberinto.
Disfruto las eternidades de la memoria,
de la sangre dilatada en temores.
La poesía
siempre será documental.
Las páginas
que no puedo dejar de escribir
serán retratos
que se pierden y se olvidan.
Un cuaderno con hojas dobladas
oculta la muerte de Walsh.
Yo escribiré su muerte
siempre.
Me pierdo en cada palabra,
me encuentro eternamente,
no soy yo.
Todos somos ellos,
somos todos desaparecidos.
- Autor: Javier Perez Driz (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de abril de 2024 a las 00:48
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 6
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