Escribir que te quiero, que te amo con locura tal vez no sea suficiente, podrían tomarse como palabras que se pierden con el viento en la región del olvido. Escribir que te amo tal vez sea lo más inútil y recalcado por generaciones. Probablemente sea mejor prometerte la felicidad de la manera más poética que se pueda concebir, esto es, diría yo, sin mediar palabra alguna. Habla más el silencio y la fuerza de mi mirada en un momento de loca ansiedad, en instantes de carencia evidente, cuando te concibo distante, cuando anhelo tu cercanía y tu fragancia. El mejor poema sería entonces el deseo profundo que me mueve hacia ti, el anhelo sagrado que siembra en mi alma una semilla de esperanza, el profundo suspiro que conmociona el alma. Ese poema sería como el fiel cumplimiento de una promesa jamás proclamada, pero sí concebida en lo más íntimo de mi ser. Es el poema de mi piel y mis labios alabando tu cuerpo y mi silencio puro exaltando tu alma y llevándote al éxtasis en el alba, en el ocaso o tal vez bajo un cielo oscuro o gris, o quizás bañado de estrellas. El mejor poema sería la consagración de tu cuerpo y la elevación de tu alma en la cima del éxtasis. Cambiar mi pluma por la piel de mis dedos explorando la geografía sedosa de tu piel, esculpiendo con mi tacto la palabra -amor- en lo más sensible de tu humanidad y cambiar, finalmente, la expresión tenue de tu rostro por una pintura de ternura y felicidad.
- Autor: Hector Augusto Cuestas Venegas ( Offline)
- Publicado: 11 de abril de 2024 a las 14:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: FRANCISCO CARRILLO
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