Horas lapidarias

Nadie sabe lo que me ha costado llegar acá

para desenmarañar todos mis misterios.

 

¿Qué otra fría cruz me podría ya dañar?

¡Cansado estoy de arrastrarme desde tan lejos!

 

Soy como una sombra perdida en la oscuridad

que ignora que sin la luz se irá muriendo.

 

Aquí sin voces cercanas que poder escuchar

solo veo emerger a mis rebeldes pensamientos.

 

Un frío viento me abraza levemente al pasar

quizás para ver si estoy dormido o aún despierto...

 

El plano de mis pies que se quieren inclinar

entre un abismo de agua y otro abismo de fuego.

 

El tiempo que duda en la prisa o en aletargar

esto que es realidad y no un frágil sueño.

 

Desnudo estoy de frente a toda mi adversidad

con la palabra dormida dentro de mis versos.

 

Todo pesa sobre los hombros de mi humanidad

y todo a mi alrededor es dudosamente complejo.

 

Sé que nada de esto desaparecerá ya

y que no habrá olvidos, tan solo recuerdos.

 

Solo mi alma y la angustia de tanto penar

de ver tanta inmensidad en el medio de este desierto.

 

Pero tal vez pueda conseguir mi libertad

cuando mi corazón quede inmóvil dentro de mi pecho...