La noche goteaba sus luces infinitas, que no eran lágrimas.
Eran brillantes rocíos y en hojas de blanquísimo papel
dejaban huella.
Por la ventana un ángel añil, sin rostro cierto
dictaba sentencias a las luces para que fueran…
vida.
Y la vida en mi pecho invernaba tibia
sin el abatido dolor del roble ya sin hojas
y quieto.
Benditas las palomas tras la loma que aun en sueños
llenaban de color toda esa vida que naciendo
no moría…
La noche goteaba rocíos sobre el negro del zorzal
y el ángel añil acompañaba el vuelo de palomas
aun de noche…
De mi libro “De cuentos y de poemas”.2015 ISBN 978-987-1977-72-7
- Autor: Carlos Justino Caballero ( Offline)
- Publicado: 15 de abril de 2024 a las 07:35
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: 🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮, Pilar Luna
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