Doña Mariela, cansada de tantas legumbres,
le pide a su esposo, como es de costumbre.
Que le disponga el dinero, para un rico pollo.
Feliz la señora, pasó noche en vela.
Pensando en su Pollo, apanado o asado en leña.
Se despierta ansiosa, saboreándose la boca.
Exigiendo al marido, que le deje la plata.
Porque las ganas de pollo, ¡están que la matan ¡
Muy serio el marido, le dice a su esposa;
“Mi amor, encima de la mesa, te dejé lo del pollo”.
Se levanta contenta, directo a la mesa.
A buscar lo del pollo. ¿Y cuál es la sorpresa…?
Una bolsa con rancio maíz.
¿Me creyó boba? Dice la esposa.
¡Hoy duerme en el jardín!
- Autor: Sierdi (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de abril de 2024 a las 10:27
- Categoría: Humor
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Ed-win, 🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮, María C., Tommy Duque, Classman, Freddy Kalvo, alicia perez hernandez
Comentarios3
Ostras esta esposa ni le deja el sofá, pues al marido no le gusto la comida
y ella así lo castiga, jeje muy bueno
SALUDOS
En realidad no es que al esposo no le guste la comida. Si no, que el esposo es un tacaño,
Y en vez de dejarle el dinero a su esposa, para que ella compre un pollo para prepararlo. Le deja unos granos de maíz, para que alimente los pollitos del corral.
En fin...
Un tacaño.
Jajajajaja...sos terrible con tus ocurrencias mi estimado Sierdi...jajajaja.
Feliz día!
Un abrazo fraterno.
Y, eso por dárselas de vivo, un poema, genial, con un toque de humor que lo hace especial, abrazos, poeta. Buena imaginación.
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