La tarde nublada.

La tarde nublada.

Desde la ventana de mi habitación, contemplando el paisaje, observo la tarde nublada y el rocío que adorna el ramaje.

Un poeta en silencio, inspirado por la naturaleza, dejando que el viento susurre versos con sutileza.

Las nubes grises se despliegan en el lienzo celeste, mientras el rocío en las hojas brilla como un festín de estrellas celestes.

El aire fresco acaricia mi rostro con su suave caricia, y en cada suspiro, la poesía se despierta con delicia.

Las gotas de rocío se posan delicadamente en las flores, como lágrimas de éxtasis que adornan los colores.

Cada pétalo brilla con su propia luz y esplendor, y mi pluma ansía capturar ese instante con fervor.

Desde la ventana, el mundo se transforma en un poema, donde la tarde nublada y el rocío danzan en un mismo tema.

Cada detalle, cada matiz, es un verso que se revela, y en cada palabra escrita, la emoción se desvela.

El poeta contempla, en silencio y sin medida, la belleza efímera que la naturaleza le brinda.

Las palabras fluyen como un río en su mente, y en cada verso, la ventana se convierte en su fuente.

Que la tarde nublada y el rocío sean su musa, y que cada verso sea una oda a la belleza difusa.

Desde la ventana de mi habitación, en quietud y ensueño, la poesía se despliega, como un regalo del universo risueño.

Nelson Aburto Alemán.

NE-LA°.