Arrecia, en la mañana,
el viento de nordeste,
las ramas parpadean,
las flores se estremecen.
Por eso, en los jardines,
las rosas y claveles,
se mueven en la danza
y el baile de las nueve.
Comienza un nuevo día
y el sol reparte suerte,
inicia su paseo
por playas y por nieves.
Arenas y montañas
también calor requieren,
en medio del silencio
que dejan los cipreses.
Y en esto que tú piensas
lo sientes hoy con fiebre,
neblina de las venas
con sangre indiferente.
Poeta de la vida,
no temas a la muerte,
tras ella está la vida
y el beso que mereces.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/04/24
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 23 de abril de 2024 a las 05:26
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: jvnavarro, Francisco Javier G. Aguado 😉, 🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮, Texi
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