Puedes odiarme toda la vida,
Con una pasión que nunca se olvida,
Pero mi preocupación por ti, querida,
Será constante, una llama encendida.
En el silencio de la noche estrellada,
Mi pensamiento hacia ti no se apaga,
Aunque el destino su puño descarga,
Mi cuidado por ti nunca se embarga.
Como el río fluye hacia el mar,
Mi atención no sabe de cesar,
Puedes rechazarla o la puedes aceptar,
Pero siempre te voy a cuidar.
No es un deber, sino elección,
Nace del alma, no de la razón,
Puedes llenarte de negación,
Pero no cambiará jamás mi devoción.
Así que odia si eso te consuela,
Mi corazón no guarda ninguna secuela,
En cada amanecer, en cada centella,
Mi preocupación por ti es la más bella.
- Autor: Óscar Martínez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de abril de 2024 a las 20:33
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Mauro Jesús (mallito), jvnavarro, Una voz
Comentarios2
las devociones nos llevan como las aguas que van del río a la mar, en un llegar e irse eterno
Un saludo
Desborda ternura, una pasión loable y bella.
Dios le bendiga.
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