En el jardín de nuestros sueños, donde el amor florecía,
donde nuestras promesas de eternidad se tejían,
allí, en el corazón de la esperanza, la traición se escondía.
Eras todo en mí, la luna dulce que me iluminaba,
el sol que en mi alma brillaba cada amanecer
La estrella fugaz que alumbraba
las sombras del anochecer.
Pero entre ellas, tu amor se desvanecía.
Aquella dulce mirada, que una vez mi corazón cautivó
se tornó fría y distante, como nube que tapa al sol
El amor que prometiste, en el viento se perdía
como un suspiro a media voz.
La traición como una serpiente,
entre nosotros, sin darnos cuenta se deslizó,
envenenando nuestras raíces, nuestra unión.
El amor que una vez fue, en mentiras se tornó.
Ahora en nuestro jardín de los sueños,
solo quedan espinas y dolor
las flores que con tanto amor cuidamos,
se han marchitado, la traición las asesinó.
Pero de las cenizas del dolor,
una nueva fuerza se adivina.
Porque, aunque la traición duele,
el corazón se fortalece,
y en el jardín de los sueños,
una nueva semilla crece.
El amor puede morir,
pero el espíritu nunca perece.
Comentarios2
Me gustó la composición y sobre todo el "cierre" del poema, con ese canto a la esperanza....
"Porque, aunque la traición duele,
el corazón se fortalece,
y en el jardín de los sueños,
una nueva semilla crece.
El amor puede morir,
pero el espíritu nunca perece."
Me alegro que te gusta el poema, gracias por tu lectura.
Saludos cordiales
Ni fenece el espíritu ni la buena poesía
Un saludo
Muchas gracias, maestro
Saludos cordiales.
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