Tus altares

Siento el alma herida al darme cuenta que a otras en tu vida le has eregido un altar.

Una de tu boca es la dueña, otra de tus caricias lo es y yo como tonta esperando lo que nunca me darás.

Siendo la diosa que soy posesiva y celosa de lo mío y tú prendiendo velas a recuerdos pasados y sin sentido.

Acaso crees que para siempre tendrás mi amor pisoteando lo que te doy?

O esperas que ruegue por lo que a otras das libremente?

Se te olvida que cuando una mujer se va es porque la sacaste con tu actitud. Y cuando eso pasa no le importa nada, se va sin mirar atrás porque se cansó de tu ineptitud.

Se te olvida que te amo con el cuerpo pero que es mi alma la que va ligada a ti.

Por placeres momentáneos estás dañando la imagen que mi alma tiene de ti y cuando eso suceda no habrá forma de arreglar lo que tus acciones dañan de una forma tan vil.

Levantas altares a diestra y siniestra y te olvidas de la que en una sola ama cada fragmento de ti.

La que ama tu elocuencia, la que se ríe de tus ocurrencias, pero también la que valora tus consejos y respeta tus límites.

La que no te exige nada a cambio pero que por ti daría la vida. La que ve tus cualidades y reconoce tus habilidades. La que te quiere con todo y el paquete de  errores que cargas encima.

A esa que te complementa, que te comprende como nadie, la que no te juzga esa que te ama con locura y nunca para ti tiene un no. A esa es a la que perderás por mujeres que no te conocen y nunca lo harán.