**Pedregal de Luna**
En Pedregal de luna, un paraíso de piedra
Donde el tiempo esculpe figuras etéreas
La luz plateada brilla, una llama hechicera
Revelando un mundo de formas quiméricas.
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Columnas y arcos, como ruinas antiguas
Se yerguen majestuosas, desafiando las edades
La brisa del mar murmura historias enigmáticas
Mientras la luna pinta cuadros de sombras aladas.
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Las olas rompen suavemente en la orilla distante
Su ritmo constante, una melodía hipnotizante
El cielo estrellado, un manto centelleante
Guardián silencioso de este reino cautivador.
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Roca y agua se entrelazan, un tapiz intrincado
Donde la naturaleza exhibe su esplendor
Pedregal de luna, un sueño realizado
Un santuario de belleza, un espectáculo encantador.
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ElidethAbreu
04/27/2024©
- Autor: Ellie (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de abril de 2024 a las 00:38
- Comentario del autor sobre el poema: En el corazón de una costa bañada por las olas del Pacífico, yacía Pedregal de Luna, un pintoresco pueblo de pescadores inmerso en el encanto de la antigua cultura mexicana. Bajo el radiante cielo azul, las calles adoquinadas serpenteaban a través de casas encaladas con techos de tejas rojas. El aroma de los tacos freshly-made y el café freshly-brewed llenaba el aire, atrayendo a los visitantes a los pequeños cafés y cantinas. María, una joven pescadora, se movía con gracia entre los barcos de la costa. Sus largas trenzas negras caían sobre sus hombros bronceados, y sus ojos castaños brillaban con la alegría de vivir. Cada mañana, partía con su padre, Don Pedro, en busca de pescado que sustentara a su familia. Una tarde, mientras María lanzaba su red al mar, sintió una fuerte sacudida. Con todas sus fuerzas, tiró de la cuerda y, para su asombro, sacó a una enorme luna de plata. Sus escamas brillaban con una luz sobrenatural, y un extraño canto parecía emanar de su interior. Asombrada y desconcertada, María llevó la luna a su cabaña. Los habitantes del pueblo se reunieron alrededor, sus rostros mezclaban curiosidad y temor. El alcalde, un hombre sabio llamado Don José, estudió la luna de cerca y dijo: 'Esta es una luna de leyenda, Pedregal de Luna. Se dice que trae buena fortuna y prosperidad a quienes la poseen, pero también puede ser peligrosa si se usa con malas intenciones.' María, determinada a aprovechar el poder de la luna para el bien, la colocó en un altar en el centro del pueblo. Cada noche, los habitantes se reunían bajo su suave brillo, compartiendo historias, cantando y rezando por un futuro mejor. Mientras pasaba el tiempo, Pedregal de Luna prosperó. Los cultivos abundaron, los peces nadaron en abundancia y un espíritu de unidad unió a la comunidad. Sin embargo, la luna también trajo su parte de pruebas. Un grupo de forasteros, atraídos por la leyenda de la luna, llegaron al pueblo con mala intención. Intentaron robarla, pero los habitantes, protegiendo su precioso tesoro, los expulsaron. A través de todas las tormentas y los ensayos, la luna permaneció como un símbolo de esperanza y resistencia para Pedregal de Luna. Fue un recordatorio del profundo vínculo que unía a la comunidad y un testimonio del poder que yace dentro de cada corazón humano.
- Categoría: Fábula
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: FRANCISCO CARRILLO, El Hombre de la Rosa, Violeta, Lualpri, David Arthur, lúdico
Comentarios4
Genial tu bella esencia poética estimada Ellie
Genial me siento al saber de usted y su comentario querido Hombre de la Rosa.
Un fuerte abrazo!
OOh que bonito te quedo este poema Elideth, es un viaja fascinante, saludos.
Saludos querida Violeta y gracias por tu comentario.
Un abrazo!
Un encanto de poema y comentario del autor.
Abrazo de amistad Elideth
David
Muchas gracias don David Arthur.
Feliz semana!
Su poética se distingue por su aura contextual y se extiende a otros espacios de la narrativa.
Aplausos.
Agradecida de su valoracion apreciado poeta.
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