Conocí una golondrina

Christopher J. Ramírez

 Conocí una golondrina de negro y brillante plumaje, que recordaba la profundidad de la noche Y que invitaba a apreciarla eternamente 

Conocí una golondrina tan alegre, tan vivaz, comportamiento tierno y canto hipnotizante.
Podría haber pasado mis días escuchandole.
Tan preciosa erá y tan amena me era la tarea de verle que le quise construir un nido.
A pesar de que respondía felizmente a mi alpiste, cuando intentaba tomarla y llevarla al nido, respondía agresiva y temerosamente.
Su canto meledioso se transformaba en un chillido que molestaba al oído

¿Quién era yo para retener a la golondrina?
Tan feliz era libre, debía permanecer libre.
La golondrina no me quiso, no la puedo culpar.
El verano llegó, la golondrina se marchó, mi nido maltrecho quedó, pero ella feliz fue

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