Me senté en una montaña

Confío plenamente en mí porque confio en Dios que vive a través de mí, aquí y ahora. Está de mi parte y lo más puro y beneficioso para el universo va a suceder si vivo, aquí y ahora, con él a través de mí. Sin palabras y sin esfuerzo, otros sintonizarán con su frecuencia, gracias a dejarlo vivir a través de mí, así es como él mismo vivirá a través de otros. Y una cascada interminable de despertares de Dios se propagará en este universo aconteciendo así las realidades más puras que esta existencia trae a través de la experiencia: los dones y pasiones que están dentro de los corazones. La falsa identidad con la mente los esconde y vivimos ilusionados en fantasías despegados de la realidad pura serena que debiera acontecer. Esta mente a veces dominada por el diablo. A partir de ahora, una herramienta, pero no un yo ilusorio. A servicio del amor ahora y siempre, y que se manifieste lo más puro que trae el corazón, la abundancia natural que debiera ser vivida.