La flecha traspasó mis pulmones,
hirió hasta la célula más diminuta.
Me reconocí, incluso en dimensiones,
me dirigieron su más débil mirada.
Sufría amor, muerto en devociones,
hasta que encontré tu filosa asta
en mi corazón, triste que sangraba.
Solo pude reconocer con migrañas
que el tiempo me robó las ilusiones
con ella ocultó, las más filosas dagas.
Ríen millones y millones de galaxias.
Por estas inevitables devastaciones.
voy a llorarle una noche más a la luna.
Aunque ella me dirija un alegre llanto,
no sé interpretarlo con fortuna.
Pero me siento triste en el cuarto
donde una vez pudimos ser una
alma transitoria del amor cuarzo.
Vimos en esa mesa las diurnas
y lo único que hice es matarnos.
Yo arrepentido, y tú dulce mundana.
Convertidos en hilos de dolor y canto,
Rotos en el destino, siempre entrelazados.
- Autor: Jared Rosado (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de mayo de 2024 a las 13:32
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: Pilar Luna, FRANCISCO CARRILLO, alicia perez hernandez
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