Cada colmena atesora
tal vez un millón de abejas
melosas, trabajadoras
de la miel para su reina.
Las flores del campo esperan
con sus abiertas corolas
a recibir a la abeja
melosa y trabajadora.
- ¿Qué buscas en lo más íntimo
de mi ser pequeña abeja?
- El néctar que necesito
para la miel de mi reina.
Y la abejita se presta
en un intercambio mutuo
a servir de mensajera
de vida para el futuro.
Gracias da la primavera
por sus flores tan hermosas
a esa diminuta abeja
melosa y trabajadora.
- Autor: RICARDO V ( Offline)
- Publicado: 3 de mayo de 2024 a las 11:30
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 5
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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