Dodoitsu’S II

José Ángel Pineda

Llamas danzan sin tregua,
nuestros cuerpos se mezclan
en los fuegos frenéticos
con furia ardiente.

La alcoba nos revela
caricias, melodías
donde la piel entona
sin ensayar.
                   
La noche que nos cubre,
se entretienen las pieles
en voces de silencios
callados, íntimos.
                           
Suspiros de un rincón,
se miran las miradas,
se mueven sin palabras,
Juegos sin prisas.

Los cuerpos que se rozan
en los muslos, los labios
se atreven, piel que busca
tactos prohibidos.      

Abrazo clandestino,
completo del deseo
palpitante, desnuda
danza discreta.

Lo labios que se inquietan
abren la partitura,
sensaciones, concierto
estremecido.
                     
La noche vibra eufórica,
los cuerpos que se elevan,
pieles arden, fusionan
las sensaciones.

La noche es más intensa
cuando se entrega el alma,
nuestro fuego sin freno,
pasión sin límites.
              
Amanece y comienza,
el tiempo se hace corto,
la luz por la ventana
sopla candente.
                      ©Joan Pined C poética    

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