Éramos cuatro brazos enmarañados
el inicio y el final imposibles de encontrar
el deseo y la pasión nos mantenían atragantadas
hasta que me empezaste a abandonar.
El amor y la pasión se convirtieron en sogas
las palabras se transformaron en dagas
ya no éramos un “nosotras”
quedamos resquebrajadas.
El deseo carnal fue utilizado como arma
la provocación y privación del clímax
más que una penitencia propia
rememoraba lo que la otra perdía.
¡Un sucio secreto!
Así me sentí durante tanto tiempo
mi cuerpo, mi alma y mis palabras
armas de guerra asesinas
que convirtieron la pasión y el amor
en odio, rencor y desesperación.
Al final, te convertiste en vengador
asumiste un rol de victimario
transformando mis dagas
en espadas de acero
acabaste con mi corazón
llevándote el órgano que
consideré estaba entero.
Ahora en esta soledad
donde el frío y los recuerdos
me acompañan en todo momento
me río sola, pensando en tí
en los momentos que viví,
pero con rencor, hielo en mi corazón
ya que solo un secreto tuyo fuí.
Al próximo aniquilador en venir
este cascarón no tiene más que romper
el daño sería efímero, esta alma al final
fue dañada por su dueña original.
- Autor: Tinta del alma (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de mayo de 2024 a las 01:13
- Comentario del autor sobre el poema: Es la culminación de un proceso de duelo de una relación que creí era "la relación".
- Categoría: Triste
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, mael2
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