Me senté en una silla
esperando tu vuelta,
pero el tiempo pasaba
y no vi tu silueta.
Me dejaste mirando
las lejanas estrellas
y pensando en tu cara
tan sutil y tan tierna.
Fueron duros momentos
de silencio y espera,
que evocaban tus pasos
al andar por la arena.
Aún recuerdo la tarde,
las resacas aquellas,
y las olas tranquilas
que llegaban muy cerca.
De testigo la playa,
una orilla serena,
y el murmullo y el canto
de la mar y mareas.
Porque aquella resaca
penetró en nuestras venas,
y latieron deprisa
nuestros pechos con fuerza.
Nos besamos despacio,
lo recuerdo con pena,
y aquel lindo momento,
hoy mi alma lo anhela.
"...Me senté en una silla
a esperar que volvieran,
las caricias sagradas
que me diste en tu entrega..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/05/24
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 9 de mayo de 2024 a las 05:11
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: FRANCISCO CARRILLO, Francisco Javier G. Aguado 😉, Melissa 94, alicia perez hernandez, MISHA lg, Texi, Tommy Duque
Comentarios7
De sentados el poema trata y se va contando aquello que más le llama. Me senté en una silla...con el amor si se le llama pasa que algo se enciende como una llama
Hermosamente melancólico
Excelente poema amigo.
jvnavarro, Melissa y Elideth, gracias por vuestras palabras.
Saludos.
divinas letras poeta llenas de amor
gracias por compartir
Nos besamos despacio,
lo recuerdo con pena,
y aquel lindo momento,
hoy mi alma lo anhela.
"...Me senté en una silla
a esperar que volvieran,
las caricias sagradas
que me diste en tu entrega..."
besos besos
MISHA
lg
Creo que esa seria una hermosa forma de morir.
Misha y Xpro, gracias por vuestras palabras.
Abrazo y saludos.
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