El bosque que respira, la fruta deliciosa,
equilibra los vientos, evapora nostalgia,
que en los ecos se pierde, y en su piel se presagia,
con sabor del anhelo, de la sombra celosa.
El río va sonando, las canciones de antaño,
que reflejan dos almas, su corriente deslizan
en las aguas tranquilas, las verdades realzan
en las glorias brillantes, al discurrir los años.
La noche se dispersa, con manto de misterio,
en cada rastro sombras, los secretos del juego,
de la danza del fuego, la luna es confidente.
¡Brindo por ese instante, con profundo criterio
ilumina la danza, del amor y del fuego,
con vino de pasiones, la duda es inminente!
©José Ángel Pineda
- Autor: José Ángel Pineda ( Offline)
- Publicado: 13 de mayo de 2024 a las 00:15
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: José Ángel Pineda, Tommy Duque, alicia perez hernandez, jvnavarro, Rafael Perez Ortola, Mauro Enrique Lopez Z., Lualpri, Melissa 94
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.