En el oscuro crepúsculo, do el cielo y la tierra se encuentran,
yace el destino inexorable, con sus sombras que tientan,
mi alma peregrina, en busca de su morada eterna,
siente el llamado del abismo, en cada esquina, en cada vuelta.
Bajo el manto de la noche, en el silencio sepulcral,
aguarda la Parca, con su guadaña fatal,
mi tiempo se desvanece, como arena entre los dedos,
y en el susurro del viento, escucho mis últimos ecos.
En el umbral de la vida, en el umbral de la muerte,
siento la fría caricia, del destino que me advierte,
que mi hora ha llegado, que debo partir sin tardanza,
y en el eco de mis suspiros, se desvanece mi esperanza.
En la senda del olvido, en el rincón más sombrío,
se despliegan los misterios, de mi destino vacío,
y aunque la muerte me alcance, en su abrazo postrero,
mi espíritu perdurará, en el eco del postrero.
- Autor: El Corbán (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de mayo de 2024 a las 08:20
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 5
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