Escribo estas letras a la luz de la luna, con la finalidad de que
obren en tu poder al llegar la mañana.
El sol de la aurora eres tu, primavera, rocío del amanecer,
y dulce canto de jilgero. Eres tormenta de mi llanto y aroma
de mis flores. Me gustaría ser templo de tu espíritu, y pecador
arrepentido que camina por los senderos de la vida, perdiendo
sus pasos entre la sombra.
Por favor, despréndete de esa máscara que olculta tu rostro,
y deja de fingir lo que no eres ni has sido nunca...
Dispones de muchos valores has de saber, que una buena
parte de ellos, son inmejorables.
Comentarios1
Escrito con mucho embrujo y cadencia
Un saludo
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