Y así llega el fin del día,
es tan pesado sentir seguridad
abrazando la soledad.
Es tan fácil sentir que todo falta,
pero nada a la vez,
es tan fácil sentir
que nunca supiste lo difícil que fue verte irte.
Es tan fácil sentir el llanto en mi alma,
y tan difícil ver los ojos llorar cuando estoy triste.
Es tan fácil ver que nunca lo supiste,
pues pasaron años y no volviste.
Es tan difícil comprender
por qué me pongo triste
cuando sé que nunca lo supiste.
Amarte es tan fácil
y fue difícil el amarme.
Es fácil saber que el día acaba
y la soledad asoma en la ventana.
El frío me acompaña,
la noche es larga y se siente eterna,
es hermosa, tanto que está sola,
es hermoso saber que a ambos nos acompaña
la misma noche, la misma tarde, el mismo día.
Así, en la penumbra,
la soledad se convierte en mi única compañera,
y el frío abrazo de la noche
me recuerda que, aunque te amé,
nunca supiste lo difícil que fue dejarte ir.
La noche se extiende, interminable,
y en su oscura quietud,
se ahoga mi último suspiro,
mientras la tristeza,
eterna, se adueña de mi ser.
- Autor: Asad ( Offline)
- Publicado: 21 de mayo de 2024 a las 00:23
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., David Arthur
Comentarios1
Tristeza poética para despertar curiosidad en un poema que bien se lee
Un saludo
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