Pequeños pies de mi hija,
hoy son adultos.
Mocasines de cuero suave, como sus mejillas, extraño sus manitas que me abrazaron tan fuertemente el cuello.
En busca de tu horizonte, te fuiste del otro lado del gran charco.
Pronto nos veremos, con el único e irrepetible amor que se tiene hacia un hijo. Gracias por tu comprensión, por tu madurez, algunas veces invertimos roles. La juventud y la voluntad, sacaron una mujer de la cual me siento muy orgullosa. Eres
valiente, y no te amilanas ante el primer escollo, eres mi vida y no veo la hora del reencuentro.
- Autor: rosi12 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de mayo de 2024 a las 19:41
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 17
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, José López Moreno., David Arthur
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