BAILAMOS.
Bailamos un último tango: el de la tristeza ella y el de la tristeza yo. Y aun cuando bailamos la misma melodía, nuestras lágrimas no se juntarían para ser un discurso en el alto caracoleo del viento.
Un último tango, una última vista a la ciudad de Buenos Aires, en barrios donde el arte pertenece a los salvajes.
Sus ojos alcanzaron la última luz del día y los míos vieron la grieta de la noche de la partida.
Un alma dejó la estela que brilla en los charcos altos, y toda la primavera se fue a recordar un tango.
- Autor: Danny McGee. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de mayo de 2024 a las 03:23
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: jvnavarro, David Arthur
Comentarios3
Bonita forma de trasladar sensaciones
Un saludo
Gracias por tu comentario. Que tengas una buena semana.
Saludos.
saludos
Gracias por tus palabras.
Saludos.
Sentido y hermoso su tango de la tristeza Danny
Un abrazo amigo
David
Gracias, amigo. Una gran semana te deseo.
Saludos.
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