Tú llegas con la noche
derramando luz a ciegas,
y con el corazón empapado de otra sangre.
Tú traes el elevado sueño de la flor
en su raíz, del agua en la pendiente,
de cuerpos entregados a otra existencia.
Hoy tan solo eres un vago recuerdo de ti misma.
En ti vivió la noche
con sus ojos de fiero neón,
con su voz arrojada desde lo alto,
con su cielo de dragones petrificados
y estrellas como racimos.
La noche es una quietud preñada de prodigios.
Si te pienso no existes,
pero, aún así, oigo latir tu corazón recién nacido.
Tu sangre es como un río iluminado
que busca el extraño fragor de antiguos ritos.
Pero se va de mí tu aroma,
tu piel parece aire,
tu corazón necesita
un nuevo latido y un paisaje
de palabras y números diferentes,
tu cuerpo trae un largo cansancio,
de huesos y de carne todavía,
que no quiere seguir.
Aún quedan unas horas vacías
en el recuerdo de las nubes.
- Autor: Gonvedo ( Offline)
- Publicado: 28 de mayo de 2024 a las 17:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque, Pilar Luna, José Valverde Yuste, Alexandra L, alicia perez hernandez, David Arthur
Comentarios3
La noche es una quietud preñada de prodigios. También lo creo, lo siento así. Placer de lectura.
Un abrazo, Alex.
Muchas gracias, amiga Alex, siempre es un placer contar con tu visita a este espacio. El mundo está lleno de prodigios, pero quizás los humanos seamos el más grande.
Un afectuoso abrazo.
......En ti vivió la noche
con sus ojos de fiero neón,
con su voz arrojada desde lo alto,
con su cielo de dragones petrificados
y estrellas como racimos.
La noche es una quietud preñada de prodigios.............
Una noche singular José Ramón
Un abrazo amigo
David
Muchas gracias, querido amigo David, por acercarte hasta mis letras y dejarme tus impresiones.
Un fuerte abrazo.
Me gusto mucho leerte, ers un gran poeta, hay un dejo de tristeza, de pérdida.
Pero se va de mí tu aroma,
tu piel parece aire,
tu corazón necesita
un nuevo latido y un paisaje
de palabras y números diferentes,
tu cuerpo trae un largo cansancio,
de huesos y de carne todavía,
que no quiere seguir.
Aún quedan unas horas vacías
en el recuerdo de las nubes.
No pierdas de vista lo que hubo y lo que te quedó de ella, el recerdo y su aroma.-
Un abrazo Ramon.-
Muchas gracias, amiga, celebro que te hayan gustado estas letras. Sí, mis poemas tienen siempre ese deje de melancolía y nostalgia. Discurren, diría, entre brumas. Quizás es que no sé escribir de otra forma, o ese, en realidad, es el estilo forma de escribir en que me siento más cómodo.
Un abrazo enorme.
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