Salto la papa

Antonio Reina Moreno

 

El salto de la papa

 

   Creo que la primera visión de un dron la tuvo Luís Vélez de Guevara, escritor andaluz nacido en Écija (1579-1644) cuando escribió el libro "El Diablo Cojuelo" en el que narra que con su ayuda (la del diablo) logra que el estudiante de apellido Pérez Zambullo sobrevolara la ciudad de Madrid viendo sus casas sin techo y observando la vida de sus habitantes, cómo vivían, lo que hacían entre las cuatro paredes, lo que hablaban, hasta lo que comían.

   Pues bien; ahora tenemos drones que lo observan todo. Supongamos, que tenemos uno (y que lo sepamos manejar) con el programa "RETRO" para poder ver en tiempo pasado, y en forma de insecto que se cuelan por cualquier resquicio.

   El mío, hoy tiene forma de libélula, lo pongo en marcha y ¡oh sorpresa! me veo con 12 o 13 años saliendo de mi casa por la tarde en dirección a la puerta de la Leonarda, que es una especie de plazoleta donde hay una vieja acacia que su sombra nos cobija.

   Allí nos encontramos los amigos del barrio y debatimos a qué vamos a jugar, mi dron-libélula se ha posado en una ramita de la acacia y veo que hemos decidido jugar al salto de la papa, a mí me toca hacer de “burro” (el que aguanta el peso de los que saltan) con dos o tres compañeros más. Estoy el primero con la cabeza junto a la pared de piedra, el primero que le toca saltar lo hace con tanto impulso en el salto que compruebo que la piedra de la pared es más dura que mi cabeza. Oigo un ¡cras! me tocó la cabeza y noto como la sangre corre por mi cara.

   Una vecina viene en mi auxilio, me limpia, y con un empaste de vinagre con azúcar ¡qué escozor! me cubre la herida. Al día siguiente casi no puedo peinarme.

   Recojo mi dron- libélula hasta otro día que tenga ganas de ver otra historia. 

   Quedáis invitados a manejar un imaginario dron como queráis para contar historias. 

   Antonio Reina Moreno 24/09/2018

 

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  • Autor: Antonio Reina Moreno (Offline Offline)
  • Publicado: 1 de junio de 2024 a las 12:04
  • Comentario del autor sobre el poema: Verán, ilustrados lectores, lo que hoy he publicado no es un poema, pero es un hecho verídico vivido por mí. Como pasa casi siempre se arremolinan las ideas en la mente y alguna sobresalen de las demás, y así fue como surgió la de mi "dron-libélula" y además "El trasero de mi memoria" que es un espacio donde están depositados y archivados todos mis recuerdos, (la mayoría agradables, los menos no tanto,) sin un orden establecido, en estantes un poco desordenado. Y en un lugar recóndito de este espacio están los rescoldos de esos recuerdos a los que hay que remover de vez en cuando para que las pavesas salgan de su letargo.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 7
  • Usuarios favoritos de este poema: Omaris Redman, Classman, jvnavarro
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Comentarios +

Comentarios2

  • Omaris Redman

    Los drones llegaron para quedarse, así que en cualquier momento pienso a ver cómo y cuándo los uso, entretenida lectura, saludos cordiales,

  • jvnavarro

    Una vuelta al pasado preciosa. Si señor el vinagre era un desinfectante.
    Hace.
    Los segadores cuando se cortaban en el campo orinaban en la tierra
    y con el resultado se ponían el barrado impregnado d orina sobre la herida. Remedios caseros y eficaces
    Un saludo

    • Antonio Reina Moreno

      Y para las grietas de las manos la orina era la panacea. Saludos



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