Oh Dios, si por ventura
tuviera nuevamente la fortuna
de abrazar su figura,
y en la noche de luna,
amarla como nunca amé a ninguna.
Escapar de un infierno
en la gloria infinita de tenerla
sin reglas ni gobierno.
Poder volver a verla
y en mis brazos y pecho protegerla.
Aunque la piedra es dura
y el agua no doblega su dureza,
así, el amor, perdura
sentado con fiereza
en su trono, con firme realeza.
Y al ser perecedera
la parte que se ve del cuerpo humano,
la tumba, lisonjera,
esconde al ojo vano
la decrépita salma ya postrera.
Pero la parte interna,
donde duerme nuestro sentir anclado,
queda cual luz eterna;
como un cirio callado
que alumbrase el sendero del amado.
- Autor: El \"Chikito\" (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de junio de 2024 a las 09:00
- Categoría: Amor
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: jvnavarro
Comentarios1
Profundas letras,
Pero la parte interna,
donde duerme nuestro sentir anclado,
queda cual luz eterna;
como un cirio callado
que alumbrase el sendero del amado.
Un saludo
Gracias poeta, saludos cordiales.
Igualmente
.
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