A la sombra de la higuera
donde sentado Miguel Hernández
cosía palabras con hilos sueltos bordando versos,
me acerqué a recoger sus frutos
y sentí su aliento.
Alimento del cuerpo,
fruto de ayuno para el alma;
delirios a la fresca de una higuera,
sueños inacabados,
pensamientos rotos;
vida arrancada como hierbajo del manto fresco
que cubre la zueca de la higuera,
donde quedó en poso un inacabado poema.
Bajo la sombra de sus hojas
hay una linde de piedra
donde cayeron marchitas sus palabras.
Recuerdos del poeta sentado bajo su higuera,
alimentado con sus higos
fruto de la herencia de sus hijos,
donde maduraba palabras
que eran bálsamo de otoños,
ahora versos dormidos
despertados por compañeros poetas
con suspiros primaverales
a la fresca de una noche veraniega.
El legado del poeta regresó a su vera
en una fatal primavera;
se agostó el otoño sobre una cama fría de celda,
reavivando un alma en su higuera.
Autor: Luis Pascual Limiñana
17-6-2023
- Autor: Luis Pascual Limiñana (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de junio de 2024 a las 18:43
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 5
- Usuarios favoritos de este poema: Texi
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