Deriva

beirre

Bajo el metal del cielo insigne,
un crepitar de hojas pútridas,
se enciende el fósforo, furia lígnea,
y en la sombra, todo oscurecido, traspasado.
A la deriva, salgo a cazar
la tristeza de voces marchitas,
un grito ahogado, deseo sin vida,
perdido en el eco, la noche tirita.
El mar de sueños, tierra baldía,
susurra historias de almas quebradas,
y en el abismo, la pena ciega,
teje en silencio su risa amarga.

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