LA ORILLA BLANCA, LA ORILLA NEGRA...

No deberían existir orillas diferentes, ni blancas ni negras,

todos estamos en una, deberíamos impedir que esas orillas,

 se llenen de sangre, manchando la tierra del alma y la nuestra

por las bombas de las guerras, y la metralla que matan a mansalva.

No sirven más que para destruir, acongojar, y hacer llorar,

las guerras son inútiles aunque para el que se cree poderoso es negocio,

de ellas se lucran, y viven a costa del dolor y muerte de los soldados,

del sufrimiento que mantienen y del pesar de los familiares.

Una muy bella canción que hace meditar,

pues deberían las guerras todas terminar,

pero por desgracia hoy en día en pleno siglo XXI,

siguen las malditas guerras por el mundo,

que dejan ciudades y campos llenos de cadáveres,

y muchas familias han de huir desesperadas

porque lo han perdido todo, hijos, padres, hogar, paz...

¡Malditas sean todas las guerras !