La voz sorda
gritó al oído pálido:
tu mano tiene
los dedos sellados,
a lo que respondió:
tus ojos están apagados.
Ambos olfatearon
el sabor de la nada,
cada uno imaginando
el tacto sombreado
del polvo osmótico
en la memoria de la realidad.
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Autor:
Joaquín Garcés (
Offline)
- Publicado: 13 de junio de 2024 a las 00:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1
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