Vengo de un gran desierto, vengo de la nada
de los astros que dan vida al universo,
vengo donde las voces dan música a las palabras
donde lo amargo se apodera de un último beso.
Vengo de los sueños que moran en la almohada
de las hojas muertas que arrastra el viento,
vengo de la luna que se queda para besar a las mañanas
del alma que quiere vivir amarrada a un sentimiento.
Vengo de la sombra que siempre vivirá callada
de la soledad que puede transitar dentro de un verso,
vengo del dolor que alimenta a las lágrimas
de la vejez que se presenta de pronto ante un espejo.
Vengo desde la tristeza que tiene formas humanas
de la pasión que desencadena decir: «te quiero»,
vengo de los pétalos de las flores desangradas
de los mares profundos donde habita el pensamiento.
Y voy hacia la línea de la ausencia que nos separa
donde la melancolía son olas llenas de suspenso,
voy de nuevo hacia donde decididamente no hay nada
donde seguimos y seguimos rehenes del tiempo.
- Autor: Jorge L Amarillo ( Offline)
- Publicado: 13 de junio de 2024 a las 12:13
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, José Valverde Yuste, Mauro Enrique Lopez Z., Texi
Comentarios1
Bellas letras estimado Jorge. Un abrazo con la pluma del alma. Buen día
Muchas gracias José!
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