ECOS DE ESPERANZA EN TIEMPOS DE SOMBRA

En la sombra de un imperio dorado,
donde el sol se ciega en brillo dorado,
la codicia se viste de seda,
mientras el pueblo murmura su llanto.

 

Serpientes de plata en los despachos,
mientras el trigo se marchita en el campo,
los olivos lloran savia de tristeza,
y las manos honestas se quedan sin pan.

 

Pero en el eco de la noche profunda,
resuena un murmullo de esperanza,
una llama que se niega a apagarse,
un susurro de sueños que no cesa.

 

La corrupción es un monstruo de mil cabezas,
un titán que se alimenta de miedo,
pero los corazones nobles son su kriptonita,
las voces unidas, su mayor tormento.

 

Así como el río rompe la roca,
gota a gota, sin rendirse jamás,
así los pueblos se levantan con fuerza,
con la verdad como espada y el amor como escudo.

 

Latinoamérica, hermana de soles y lunas,
despierta en el alba de un nuevo destino,
donde la justicia florezca en cada esquina,
y la libertad sea el canto divino.

 

Que la esperanza sea nuestro estandarte,
la fe, el faro que guíe nuestros pasos,
porque en el corazón de cada hispanoamericano,
late un héroe que nunca será vencido.

 

Así, en el jardín de nuestros anhelos,
florecerán las rosas de la verdad,
y en el viento que acaricia nuestras tierras,
se escuchará el himno de la integridad.