Se enreda la sustancia
entre los radios de la impotencia.
Giran las manecillas del reloj,
consintiendo el paso de los segundos
Ya no hay vuelta atrás:
nada permanece estático e inerte,
las palabras entrecortadas del vocalista
se ciernen a la razón escondida
Pero algún día amanecerá
sin previo aviso, sucumbiendo las ideas
incisivas y escurridizas, por entre tenues
y mancillados manifiestos, perdiendo el rumbo
Entonces, llego a comprender,
que la reacción de mi hostigada finalidad,
excava por entre minúsculos argumentos,
se precipita por entre la sima de la galerna
¡Y el reloj, no retrocede!
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