Se marchó el sabor a fresa
vivía en amaneceres
preñados de esos placeres
nacidos de tu promesa.
Amor que nunca regresa
de un corazón embustero
que te cautiva primero
y en seguida te destrona.
Se marchitó la corona
en el oscuro sendero.
Una espina me desgarra
clavada la llevo en mi alma
me susurra en fría calma
que mi carne no es bizarra.
Suena en la vieja guitarra
un nostálgico bolero,
de soledad compañero.
Lloran manijas sin horas
son de mis cuervos pastoras,
de mi tristeza lucero.
- Autor: Javi77 ( Offline)
- Publicado: 16 de junio de 2024 a las 07:26
- Categoría: Amor
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: Francisco Javier G. Aguado 😉
Comentarios1
Excelente poema!
Me encantó la manera en que ilustraste el camino por ese sendero con cierto estilo romántico y profundo.
Es muy apreciativo como manejaste la composición en décima manteniendo la coherencia de cada rima, haciendo que contenido sea realmente llamativo.
Espero seguir leyendo más de ti, apreciado poeta!...
Caballero que grao comentario el vuestro, pocas veces me encuentro con alguien, que sea tan profundo en sus palabras. Me honra vuestra visita, también espero seguir en contacto con usted. Un saludo compañero
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