He ido en esta tarde
muy abierta y deseada
detrás de una luz que me cegaba,
rica ella
en su corta vida,
por todos los lugares avanzaba,
dulzor que me faltaba
se posicionó a mi lado,
sin decir yo,
a lo que quise, nada.
Me he acercado hasta la playa,
para estas fechas
ya llena de gentes,
en el agua brillaban
las soledades del aire
transitando sobre las olas mansas,
ya la arena convertida en cabecera
de lo que será este verano,
que ya nos palpa
con sus muchas gracias.
Sombrillas de todos los colores
se convierten en escaparates,
que nos trasladan
a los inicios playeros
de un hambriento
siglo veinte,
época de la que nadie
ya con voz propia nos habla.
Por aquí cerca de mí
el calor inunda las abiertas terrazas,
en este paseo de palmeras,
curtido por diferentes culturas,
jergas y argots de lenguas varias,
que dejan su impronta
en las mesas bien puestas
de las heladerías, restaurantes
y tiendas de ropa, baratijas y quincallas.
Solo las sombras
recién llegadas
conforme el sol se marcha,
son algo parecido
a un beso que se alarga.
¿Será por su dulzura?
¿ Será por qué con buen ánimo
sus caricias se esperaban?
¿Será por qué tientan?
¿Será por qué gustan sus fragancias?
¿Será por qué son soplo fresco?
¿Será por qué
al amparo de las buenas brisas
se libran buenas batallas,
entre dos cuerpos que se estiman
y se conquistan para la misma causa?
Tanta pregunta
es verdad que cansa,
y mucho,
si en su interior,
estilo sobrio
de elegancia clásica,
se rasca.
Por eso digo,
ahora que me alcanza
una brisa
descarada,
¡que viva el amor!
y que en esas vivencias sanas
todos los que se quieren
se amen y con ganas,
que no se rompa una terneza
por falta de esperanza,
y que todos las pasiones sean
algo parecido
a una eternidad
muy larga,
ya todo querer y cariño,
aprecio y buenas caras.
- Autor: jvnavarro ( Offline)
- Publicado: 17 de junio de 2024 a las 00:10
- Comentario del autor sobre el poema: Un poema que nos traslada a un verano que por estas latitudes de la zona mediterránea comienza ya a prodigarse con sus calores y turistas tomando las playas. Y en el recorrido del poema y por los versos se va trazando lo que uno ve. La luz que llega; las sombras que aparecen; los turistas; los paisajes propios de la paleta de un pintor, en este caso, nos hace gracia Sorolla y por allí todo aquello que se nos ocurre, preguntas para que no falten signos gramaticales y el amor que es siempre una divina gracia. Y así el poema finaliza y la misión de quien lo elevó hasta aquí mismo, se da por cumplida con aquello de ¡sin novedad y sin bajas!
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 37
- Usuarios favoritos de este poema: EHUR OHR, alupego (Ángel L. Pérez), Tommy Duque, Texi, Zasphis🦯, Martha patricia B, Lualpri, Mauro Enrique Lopez Z., José López Moreno., David Arthur, Violeta
Comentarios2
Narras en tus versos una situación muy interesante y por lo que comentas todo es calor. Entonces este último le da fortaleza a tus versos, saludos.
Gracias Violeta por tu comentario y un saludo
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