Con balas de salva me hirieron.
Pensé que estaba de muerte.
Gracias a mi buena suerte,
todas las balas fallaron.
Los niños que me atacaron,
con pistolas de juguete,
chorros de agua tiraron.
Y en medio de la batalla,
con veinte niños encima,
los llamaron a piñata,
y todos allí corrieron.
Muy felices se quedaron,
con pitos y caramelos,
dejándome allí agotado.
Me perdonaron la vida,
olvidados de mi suerte.
La infancia es divina y fuerte,
y los que ya la pasamos,
a veces la recordamos
en medio de una batalla,
el día de los abuelos...
Frank Calle (16/ junio/2024)
- Autor: Frank Calle (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de junio de 2024 a las 03:54
- Categoría: Familia
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: jvnavarro, Martha patricia B, Mauro Enrique Lopez Z., Omaris Redman, alicia perez hernandez
Comentarios3
Una batalla entretenida y muy bien contadas, una vuelta al pasado desde el presente que vivimos. El juego como instrumento y nuestros ojos como testigo y las letras ya ellas haciendo de la anécdota un poema muy en todo lleno de buen ritmo
Un saludo
Bueno, pues así, con comentarios como ese, no se necesita cobrar los derechos, para vivir feliz. Me siento como un estudiante, escuchando al profesor en la clase de Literatura.
Un abrazo,
Frank
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Un saludo y abrazo
Que divertido, no me imagino a esos veinte chiquillos encima, y luego usted con la lengua afuera, literalmente, jajajaja...saludos cordiales estimado Poeta Frankcalle,
Bueno, en realidad el poema exagera un poquito, fue un número que venía bien, pero el hecho que relata es casi visual. Siempre adoré a los niños, sin importar si fuesen familia o no. Y después de provocarlos un poco, con juegos interactivos que se me ocurrían, siempre terminaba en el suelo, y hasta los vecinos del barrio se metían en la montaña de niños que se me subían encima...
Un abrazo,
Frank
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Felicidades,
Vivir eso momentos divinos, es un regalo de Dios...Tengo solo una nieta cerca, los demás, son vía internet...Mientras estén cerca, hay que consentirlos y amarlos. Cariños.
Hola amiga, añoro aquellos años, pero ya hasta mis nietos son adultos. El varón, está llegando a los 30, y la pequeña pronto cumplirá 23. Ambos están casados, pero no viven ni con los padres. El varón, que es genial en más de una cosa, montó un negocio sobre cuestiones informáticas y vive en el interior del país; y la pequeña, se casó y vive en Estados Unidos...
Un abrazo,
Frank
Benditos sean...Ya entregaste buenas cuentas. Unos hijos bien orientados, es un regalo del cielo. Cariños amigo.
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