Una palabra, Madre, se me impone,
como ancho caudal de ceremonias.
Palabra residual abierta a los abismos,
ya ves, estoy aquí, vengo a entregarme.
Vengo a decir que te amaba como un loco,
que vos, fuiste para mí, lo más hermoso.
Miles de flores olí desesperadamente,
buscando tus olores, amor, de primavera.
Mil pieles encadenadas a mis pieles,
buscando aquella suavidad perdida.
Mil bocas abrí mil veces con mi boca,
y, después, obras mil y mil caídas
y un millón de palabras envenenadas,
ferozmente devoradas, para olvidarte.
(Del libro Poemas y cartas a mi amante
loca joven poeta psicoanalista; Ed. Grupo Cero)
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Autor:
Editorial Grupo Cero (
Offline) - Publicado: 17 de junio de 2024 a las 08:37
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: José Valverde Yuste, Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez
Offline)
Comentarios1
Excelentes letras. Gracias por compartir. Un abrazo con la pluma del alma. Buen día
Gracias por tus palabras y por compartir , un saludo
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