Has cambiado mi vida,
aunque no te lo creas,
tras tener, en mis manos,
a las tuyas tan tiernas.
Esas manos sencillas,
con sus dedos de seda,
que escribieron los versos
que un buen día me dieras.
Al leer las cuartillas,
percibí la tristeza,
que dejaba la tinta
como sangre en tus letras.
Y pedí, a tus ojos,
esa lágrima plena,
que bailando corría
por tu cara tan bella.
Sonrieron tus labios
y durmió, con la niebla,
en tus ojos de niña,
la legaña traviesa.
Yo te di mi cariño
y ofrecí las mareas,
de este mar que, a la playa,
va a dormir en la arena.
Y soñé con tus sueños
y vibré por tus venas,
al sentir los latidos
que emanaba de ellas.
Eras tú, vida mía,
mariposa pequeña,
que en la noche soñabas
con la luna y estrellas.
Y me uní con tus sueños,
para amarnos de veras,
en un lazo invisible
que no tiene cadenas.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/06/24
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 18 de junio de 2024 a las 04:52
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: jvnavarro, Mauro Enrique Lopez Z., MISHA lg, alicia perez hernandez, Texi
Comentarios3
Un precioso poema
Un saludo
jvnavarro y Omaris, gracias por vuestras palabras.
Un saludo.
divinas y dulces letras poeta ,
es precioso gracias por compartir
Eras tú, vida mía,
mariposa pequeña,
que en la noche soñabas
con la luna y estrellas.
Y me uní con tus sueños,
para amarnos de veras,
en un lazo invisible
que no tiene cadenas.
besos besos
MISHA
lg
Gracias Misha.
Abrazo.
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