Surgiste de las crines de una tipa
de lúgubres espasmos, anhelante,
consciente del radón de nuestro instante
de un humo carmesí que se disipa.
Y yo que bendecí cual colibrí
el néctar ambarino de tus labios,
comprendo con dolor tu frenesí
y niego con nostalgia tus resabios.
Estuve mucho tiempo irresoluto
y al fin hundí mi pico en tu corteza,
jamás imaginé que su simpleza
dejárame tan pobre y disoluto.
Ahora que no queda ni mi pulpa
tomarás a otras aves ya sin culpa...
- Autor: Pirretráctico ( Offline)
- Publicado: 19 de junio de 2024 a las 10:27
- Categoría: Triste
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios1
Simplemente ¡PRECIOSO!
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