En la sombra

Adriano Olivo

Surgiste de las crines de una tipa
de lúgubres espasmos, anhelante,
consciente del radón de nuestro instante
de un humo carmesí que se disipa.

Y yo que bendecí cual colibrí
el néctar ambarino de tus labios,
comprendo con dolor tu frenesí
y niego con nostalgia tus resabios.

Estuve mucho tiempo irresoluto
y al fin hundí mi pico en tu corteza,
jamás imaginé que su simpleza

dejárame tan pobre y disoluto.
Ahora que no queda ni mi pulpa
tomarás a otras aves ya sin culpa...

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Comentarios +

Comentarios2

  • Dara2011

    Simplemente ¡PRECIOSO!

  • Omaris Redman

    Buen soneto!



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