En tierras de fábula y viejas montañas,
donde caballeros sufren crueles hazañas,
a veces buscamos en dulces pestañas,
princesa, tu amor, que mis penas no extrañas.
Tu luz en la sombra mi senda alumbraba,
cuando la noche mi alma embriagaba,
y aunque hoy tu filo mi pecho talaba,
con la espada que, de hecho, esperaba.
Agradezco, princesa, tu encanto divino,
que salvó mi espíritu en duro destino,
aunque hoy tu adiós hiere mi camino,
con la espada de "no más destino".
- Autor: El Corbán (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de junio de 2024 a las 07:59
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez, Pilar Luna
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