A tu recuerdo encadenado

En redes del alma tu imagen tejí,
Amor profundo que jamás negué.
Encontrarte fue un soplo fugaz,
Mas olvidarte, batalla sin paz.

Tu ausencia, un yugo que el alma oprime,
Tormento silente que en mi ser imprime.
Tu desamor, hiel que mi ser envenena,
Es el dolor de tu silencio, pena que me condena.

Engaños no empañan mi sentir afligido,
Es la entrega a mi amor, mi único latido.
Tu jovialidad, torbellino que aún comparto,
Si anhelas la libertad, nuestros lazos desato.

¿Cómo de mi mente tu imagen desterrar?
Si en tu alma mi amor reside, sin vacilar.
El dolor que resuena, enigma sin descifrar,
Asumo esta pena, dispuesta a transformar.

El daño no es la aflicción que me invade,
Son las cicatrices que tu ausencia ha dejado.
Olvidar tus actos, mi anhelo ferviente,
Rememorar tu silencio, llama que hiere mi presente.

Alas anhelo conceder al abismo,
Besos que negaste, néctar amargo que he bebido.
Como un rayo te hallé, mi ser amado,
Mas mi corazón a tu olvido se ha negado.

No es el amor que siento mi lamento profundo,
Es el anhelo de tu afecto, sin eco, sin mundo.
Estos versos, voz de mi alma atormentada,
Una sinfonía de emociones, a flor de piel derramada.

Aunque el sendero del amor sea espinoso y abrupto,
Mi alma atesorará siempre este amor irrupto.
En un suspiro se esfumó mi pasión ardiente,
De la juventud que el tiempo ha convertido en un recuerdo doliente.

Te describo sencilla, elocuente y sugestivamente venenosa,
Y mis miedos frente a los sentimientos que determinan mi existencia dolorosa.

JTA.