Alas de Brea

Tomás Osorio del Río

Del anciano ciprés

vuela el pato

empujado por la brisa.

Pasa mal rato,

tiene prisa,

se ha cansado del pato

la suave brisa.

 

Es el agua espumosa,

un arrebato

de las alas felices

¿Quién eres

pequeño pato?

Vuelas muy bajo

pequeño ingrato,

en la corriente me nadas

barco barato.

 

Y no hay color en tu pluma

pato blanco

busco esa textura

que te arranca

de este espanto.

 

(Y a ti, que alada me miras

dulce y franca...)

Decirte quiero

en la bruma,

reflejo acuoso,

que por ser cuna

de mi reposo

rezuma la espuma

en decir te quiero.

 

Y tus alas se volvieron brea,

pato valiente.

La humedad te absorbe

como fénix

en arder paciente,

su imitado pariente

de sangre fértil.

 

El pato quiere escapar

del sufrir

de sus aguas

El pato quiere volar

pero el sol le quemará

 

El ave ha de fingir

ser la mítica, la ardua,

y a las aguas temerá.

 

El pato, fénix sea,

suyo el sol le alcanzará,

su negrura extinguirá

 

Alas de brea al volar

nos harán suplicar

por un mundo irreal.

 

Pidan un sueño fatal

a quien coja el grial

en su enojo inmoral.

 

Junten sus alas de brea

pidan que nos crea

el patito al volar

 

Júntese el ave al llorar

por la brea, ese mar

que los hombres desean.

 

Carburante quemado,

Tinta marchita

Brea es la pluma,

la piel inscrita.

Patito triste ríe al son,

que a pico alegre

mi alma gravita.

 

Y así fue tu pluma,

patito mío,

azotada por la negrura,

por el agua,

por su furia,

y resuena el parpar

de ese pico;

y no pías,

aunque quieres, patico,

pues tu voz no puede expresar

la tan extraña armonía

del cántico

que rebuscan tus graznidos

 

Mancha la brea

a las alas sangrientas

que otros asean

mancha la brea,

esa roña caliente

que ensucia y golpea.

Mancha y mancha la brea.

 

Mancha la brea

a las almas cobardes

que brotan en sangre,

y suplican a Orfeo

su instante.

 

Mancha la brea

a la vida sonriente

que, tarde,

nos da la marea.

Mancha y mancha la brea.

 

Escucho entre las faunas

ese aletear

que en la negrura huirá

de ese mar ...

de la brea.

 

El ave en su esfuerzo aúna

su lágrima al flotar.

y si desciende de las nubes

evaporada sube

su lacrimal

 

Y se impregnan

sus ojos de ese mar,

de ese hogar,

que es la brea,

de ese líquido viscoso,

tan pegajoso,

que la pluma desenfrena.

 

Lanza la brea

entre tus plumas

pato ardiente,

aprovecha el viento

tan caliente

contra las aguas

de la marea.

 

El pato debe luchar

por vivir

por cantar

El pato debe volar

y si no puede, remar.

 

El ave ha de suplir

el pecado al extirpar

de la pluma su abatir.

 

El ave ha de ser brea,

y junto al sol debe a hervir,

sin poderlo alcanzar.

 

Alas de brea al volar

surgirán de ese hogar

que el castigo recrea

 

Vuela cual fénix de brea,

huesos por bandera

querrás inspirar

 

Patito no seas cobarde

de brea la muerte

por fin llegará.

 

Calaste de sangre patito

no habrá ya más gritos

que puedas ahogar.

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Comentarios3

  • Pilar Luna

    Muy bueno poeta, he estado sufriendo por la brea y el pato. Saludos.

    • Tomás Osorio del Río

      Muchísimas gracias Pilar. Me alegro de que te haya gustado.

    • Omaris Redman

      Buenas letras!

    • Alberto Escobar

      Ponte en su lugar, imagínate qué putada. Un saludo Tomás.

      • Tomás Osorio del Río

        Si duda lo sería, Alberto. Un saludo para tí también.



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