De esos labios se escuchó un silencio de espina.
No supieron gritar la gloria de la rosa,
que, aunque efímera, cambiaría el destino.
Después, espacio y tiempo separarían
a la espina de la rosa y al grito del silencio.
Pero no hubo olvidos ni lamentos
en los lapsos sucesivos
del inexorable transcurrir de la existencia.
Sólo senderos diferentes que eludieron lo prohibido.
Sólo quedó la certeza de lo inevitable.
- Autor: Carlos Justino Caballero ( Offline)
- Publicado: 24 de junio de 2024 a las 15:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: FRANCISCO CARRILLO, Mauro Enrique Lopez Z., Jose de amercal
Comentarios1
Poeta hermosas letras de amor poeta
gracias por compartir me gustaría que me comentes.
Muchas gracias, poeta! A veces son pocos mis comentarios debido a una maculopatía que me dificulta la visión, pero lo hare...
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